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La incredulidad



La incredulidad es un rechazo voluntario a temas de fe que de ninguna forma pueden ser demostrados.

La fe no es ciencia, que una vez demostrada debes de creer en ello porque hay base para demostrarte que es cierto.
La fe no puede demostrarse, pero puede aceptarse sabiendo de quien proviene.
Si un amigo de poca confianza te afirma algo, tienes derecho a dudar.
Si ese amigo es de mucha confianza, podrás creer lo que te está afirmando.
Asi la fe viene de un Dios al cual eres libre de creer.
Lógicamente las personas que no creen en Dios, tampoco tendrán fe, porque una cosa es consecuencia de la otra.

La credulidad o incredulidad en Dios debe venir de tu interior y de lo que ves a tu alrededor.
Hay un texto bíblico que menciona a la creación y la naturaleza como una demostración de la existencia de Dios.
Y esto sigue siendo parte de la fe.
Porque el científico y todos aquellos que rechazan los temas de fe, necesitan demostrar las respuestas a esas grandes dudas mediante demostraciones científicas.
No quien hizo, sino como se hizo el cosmos, porque no fue nadie quien lo hizo sino que fue un proceso casual y evolutivo de la materia.
Ese es el camino por recorrer del hombre sin fe en Dios, del hombre material y del hombre que no cree en el mundo del espíritu.
Además, un camino mas largo y complicado que el de la fe.

Si tu padre te hace una seria afirmación, puedes creértelo y el problema está solucionado o bien puedes ponerlo en duda y empezar una difícil tarea de investigación para llegar a demostrar o aclarar que aquello que decía tu padre, era cierto.
Pero la verdad es solo una e invariable, no manipulable a nuestra voluntad.

Asi contra nuestra incredulidad, Dios con todo su poder, nada puede hacer, porque nos hizo libres de decidir.
Y la incredulidad no tiene buen final, porque te aparta de la verdad.
Tu puedes tener tus ideas y tus conclusiones, pero la verdad sea cual fuere, es la que hay y la que permanecerá siempre.

La muerte en general y nuestra muerte personal, es la puerta a la otra dimensión, a otro estado o a algo que desconocemos, incluso dando opción a la nada.
Y esto es asi.
Para los que creen, esa puerta nos demuestra que aquella fe en Dios, nos ha servido de algo, que aquella credulidad, ahora se ha manifestado y se ha hecho realidad. Y tenemos aquello que nos prometieron;  la vida eterna.

Para los que no creen, hay dos caminos.

1- Que su teoría del materialismo sea cierta y tras la muerte se acabe todo.
¡Vaya consuelo y vaya futuro!
¿Qué esperanza aporta esa teoría?
Que ilusión nos da vivir en esa triste realidad de futuro al cual lo único cierto es solo lo que vemos y vivimos ahora?
Solo nos queda el presente y el recuerdo.
Que pena de existencia nos ha tocado vivir.
Y si es asi, ¿porque no disfrutaste más y no viviste más la vida, sabiendo que el tiempo de vida era tan corto?
Posiblemente una vida egoísta te hubiese satisfecho más, pensando solo en ti mismo.  Total, después vas a desaparecer.
Personalmente no me ilusiona esa teoría, que aunque con quizás más lógica humana materialista, no necesariamente más cierta.

2- Luego tenemos la otra posibilidad del futuro del incrédulo.
Que aquello en lo cual no creía, fuese cierto.
Aquello que las personas de fe pregonaban, fuese verídico.
¿Y ahora que?
El mensaje de salvación que Jesucristo como Hijo de Dios nos trajo al mundo, advierte que la salvación de nuestra alma y la búsqueda de Dios, solo es posible aquí en la tierra y mientras vivimos.
Luego tras la muerte, cuando se puede comprobar si eran ciertas o no aquellas teorías, el beneficio ya no existe.
Ya es tarde y la salvación del alma que tan repetidamente predicaban, ya no servirá, ni tiene vigencia.

Esa son las dos opciones que nos podemos encontrar.

Si me quieres recriminar esas dos opciones para las personas de fe, también puedes hacerlo.

Que el hombre de fe se encuentre que tras la muerte, todo era falso.
Bien, puedes plantear esa opción.
Pero esa opción la tiene también el incrédulo:  morir y desaparecer.
Nada te llevas, nada recuerdas y nada eres.
Vienes de la nada y vuelves a la nada.
No ganas ni pierdes nada.
Llegaste a este mundo por pura casualidad y te vas de la misma forma.

La segunda opción para el creyente es que aquello en lo cual creyó, fuese cierto.
Te llevas aquello que predicaste:  la salvación del alma y la vida eterna.

Perder por perder, creo que la segunda opción tiene mas posibilidades.

Pero somos obstinados y preferimos mantenernos firmes a nuestras ideas y convicciones materialistas.
Por eso pienso que contra la incredulidad poco se puede hacer.
Jesús hizo milagros durante su vida y no por eso creyeron todos en él.
Imagínate si no hubiese hecho milagros, el resultado aun hubiese sido peor.
Podría haber hecho milagros enormes y espectaculares y quizás alguno más hubiese creído, pero tampoco era una garantía.

Cuando se produjeron las 10 plagas de Egipto en la época de Moisés, los milagros fueron bastante espectaculares.
Para el que ha visto la pelicula "los 10 mandamientos", las aguas potables se volvieron en sangre, plagas de langostas, plagas de ranas, granizo, oscuridad y solo cuando la plaga amenazó a la muerte de los primogénitos egipcios, es cuando el obstinado Faraón de aquella época reaccionó, dejando en libertad al pueblo hebreo.

Ni aun con plagas espectaculares, los egipcios creían en los avisos de Dios a través de su siervo Moises.


La Biblia dice que la fe viene por el oir y oir la palabra de Dios.
Una actitud de credulidad sin necesidad de milagros ni demostraciones.

16  Pero no todos obedecieron el evangelio, porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?
17  Por esto, la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Cristo.
18  Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! Por toda la tierra ha salido la voz de ellos; y hasta los confines del mundo, sus palabras.
Romanos 10, 16-18


El libro bíblico de Hebreos 11 hace mención a este amplio tema de la fe.

1. La fe es la constancia de las cosas que se esperan y la comprobación de los hechos que no se ven.
2  Por ella recibieron buen testimonio los antiguos.
3  Por la fe comprendemos que el universo fue constituido por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
4. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín.
Por ella recibió testimonio de ser justo, pues Dios dio testimonio al aceptar sus ofrendas. Y por medio de la fe, aunque murió, habla todavía.
5  Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte y no fue hallado, porque Dios le había trasladado. Antes de su traslado, recibió testimonio de haber agradado a Dios.
6  Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.
7  Por la fe Noé, habiendo sido advertido por revelación acerca de cosas que aún no habían sido vistas, movido por temor reverente, preparó el arca para la salvación de su familia. Por la fe él condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.
8  Por la fe Abraham, cuando fue llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba.
9  Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida
como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, los coherederos de la misma promesa;
10  porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11  Por la fe, a pesar de que Sara misma era estéril, él recibió fuerzas para engendrar un hijo cuando había pasado de la edad; porque consideró que el que lo había prometido era fiel.
12  Y por lo tanto, de uno solo, y estando éste muerto en cuanto a estas cosas, nacieron hijos como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
13  Conforme a su fe murieron todos éstos sin haber recibido el cumplimiento de las promesas. Más bien, las miraron de lejos y las saludaron, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.
14  Los que así hablan, claramente dan a entender que buscan otra patria.
15  Pues si de veras se acordaran de la tierra de donde salieron, tendrían oportunidad de regresar.
16  Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse el Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.
17  Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac.
El que había recibido las promesas ofrecía a su hijo único,
18  de quien se había dicho: En Isaac te será llamada descendencia.
19  El consideraba que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos. De allí que, hablando figuradamente, lo volvió a recibir.
20  Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú respecto al porvenir.
21  Por la fe Jacob, cuando moría, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre la cabeza de su bastón.
22  Por la fe José, llegando al fin de sus días, se acordó del éxodo de los hijos de Israel y dio mandamiento acerca de sus restos.
23  Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y porque no temieron al mandamiento del rey.
24  Por la fe Moisés, cuando llegó a ser grande, rehusó ser llamado hijo de la hija del Faraón.
25  Prefirió, más bien, recibir maltrato junto con el pueblo de Dios que gozar por un tiempo de los placeres del pecado.
26  El consideró el oprobio por Cristo como riquezas superiores a los tesoros de los egipcios, porque fijaba la mirada en el galardón.
27  Por la fe abandonó Egipto, sin temer la ira del rey, porque se mantuvo como quien ve al Invisible.
28  Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.
29  Por la fe ellos pasaron por el mar Rojo como por tierra seca; pero cuando lo intentaron los egipcios, fueron anegados.
30  Por la fe cayeron los muros de Jericó después de ser rodeados por siete días.
31  Por la fe no pereció la prostituta Rajab junto con los incrédulos, porque recibió en paz a los espías.
32. ¿Qué más diré? Me faltaría el tiempo para contar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas.
33  Por la fe éstos conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
34  sofocaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron poderosos en batalla y pusieron en fuga los ejércitos de los extranjeros.
35  Mujeres recibieron por resurrección a sus muertos. Unos fueron torturados, sin esperar ser rescatados, para obtener una resurrección mejor.
36  Otros recibieron pruebas de burlas y de azotes, además de cadenas y cárcel.
37  Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a espada. Anduvieron de un lado para otro cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; pobres, angustiados, maltratados.
38  El mundo no era digno de ellos. Andaban errantes por los desiertos, por las montañas, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
39  Y todos éstos, aunque recibieron buen testimonio por la fe, no recibieron el cumplimiento de la promesa,
40  para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros; porque Dios había provisto algo mejor para nosotros.
Hebreos 11


Guillermo Blanco 17-11-2012