A primera vista,
parece que esta hermosa naturaleza que nos rodea es perfecta, está en
equilibrio, la vegetación, las plantas, los animales, desde hace muchos siglos
que se mantiene, digamos en un "mal equilibrio".
Pero si te fijas,
toda esa perfección que vemos, poco tiene que ver con lo que debería ser.
Estamos rodeados de
una naturaleza de violencia, de supervivencia, de muerte.
Fíjate como cuando
un animal come o bebe en un estanque, está constantemente en alerta mirando a
su alrededor.
No comen sosegadamente
y en un ambiente de tranquilidad como lo hacemos nosotros sentados alrededor de
una mesa familiar, están constantemente fijándose a su alrededor.
Los depredadores
están siempre al acecho para ver a quien pueden devorar.
Los débiles, los despistados
o confiados son los que pagan con su vida para alimentar a otros.
Esa hermosa
naturaleza encierra un mundo de maldad desde casi sus inicios.
El fuerte se come al
débil, y todo es una cadena ecológica que se equilibra.
Pero no es un mundo
justo para todos.
Muchos animales usan
ingeniosos sistemas de defensa y de ataque.
Solo tenemos que ver
los documentales de National Geografic en la TV.
Muchos de ellos
ponen excesivos huevos porque saben que solo una mínima parte sobrevivirá.
Camuflajes,
encondrijos, caza nocturna, venenos mortales, velocidad punta de caza, agilidad
acrobática, rugidos disuadores, vista agudizada, oido fino, olfatos que
detectan al enemigo y su rastro, caparazones protectores, garras potentes,
organizaciones comunitarias, supervivencia con poca agua y poco alimento,
hibernación durante largos periodos de tiempo, vista nocturna, camuflaje bajo
la arena del desierto, vida en lugares inhóspitos y difíciles de acceder, vida
en las profundidades marinas a mucha presión, en lugares muy calientes, en
lugares muy fríos.
Cualquiera de estas características
de las que están dotados algunos animales, superan a nuestros sentidos
naturales.
Y eso es solo para
sobrevivir.
¿Fue ésta la
naturaleza que Dios creó y el diseño perfecto de convivencia?
No lo creo.
No creo que la
voluntad de Dios fuese que unos se comiesen a los otros.
Todo esto es
consecuencia del llamado pecado o de la desobediencia o de la maldad actuando
en la creación.
Pues la creación aguarda con ardiente
anhelo la manifestación de los hijos de Dios.
Porque la creación ha sido sujetada a la
vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sujetó, en
esperanza de que aun la creación misma será librada de la esclavitud de la
corrupción, para entrar a la libertad
gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que toda la creación gime a
una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora.
Y no sólo la creación, sino también
nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros
mismos, aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 8,
19-23
La creación espera
desde hace mucho tiempo, el dia de la restauración.
Pero también la
humanidad como parte de esa creación, será liberada de esa esclavitud que ya
tomamos como algo normal.
Parece que en un
principio, según relata el libro del génesis, todo ser vivo era vegetariano y
los animales no servían de alimento unos a otros.
Eso ocurrió después,
tras la desobediencia.
Dios dijo además:
"He aquí que os he dado toda planta que da semilla que está sobre la
superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos os
servirán de alimento.
Y a todo animal de
la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la
tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento."
Y fue así.
Genesis 1, 29-30
La desobediencia fue
la causa de la maldad y de la corrupción en la naturaleza.
Esa desobediencia fue
plasmada en la historia de Adán y Eva comiendo de la manzana, pero bien podría
haber sido cualquier otra ley que Dios hubiese puesto como limite o prueba al
hombre, para comprobar su obediencia.
Una obediencia
basada en su libertad.
Pero fracasó al igual
que hubiésemos fracasado nosotros.
Porque comiste del
árbol del que te mandé diciendo: "No comas de él", sea maldita la
tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos te producirá, y comerás
plantas del campo.
Con el sudor de tu
frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste
tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.
Genesis 3, 17-19
Esa simple
desobediencia aparentemente sin importancia, nos dice la Biblia que desencadenó
toda una cadena de errores y modificaciones en la naturaleza, tal como la
conocemos ahora.
Guillermo Blanco 6-6-2012