Aunque
creemos que Cristo era Dios mismo, reconozcamos que estaba en un cuerpo humano
y sometido a nuestras mismas necesidades y limitaciones; el sueño, el dolor, el
hambre, el agotamiento.
Cuando
estuvo en el desierto 40 dias sin comer, no fue protegido por poderes
sobrenaturales sino que lo soportó como cualquier ser humano.
Su propósito
en esta situación concreta fue vencer las tentaciones que Satanás le planteaba
en el desierto.
Al finalizar
su prueba dice que “tuvo hambre”.
Entonces y
solo posteriormente a esta prueba, fue servido por ángeles.
Mateo 4,
1-11
Cuando Jesús
estuvo en Getsemaní orando con sus discípulos, en horas previas a su muerte,
todos dormían, pero Jesús soportaba las horas de sueño, recriminando a los
demás su falta de voluntad.
Todos
inclusive Jesús, estaban cansados.
Velad y orad, para
que no entréis en tentación.
El espíritu a la
verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Mateo 14, 38
La fortaleza
espiritual de Jesús no procedía de su naturaleza física sino de su naturaleza
espiritual y divina.
Y aunque
manifestó muchas veces poderes en sus milagros, nunca los utilizó para su
propio beneficio, sino para los demás.
Jesús
afirmaba que los milagros que él hacía, también los podíamos hacer nosotros.
Todo era una
cuestión de fe.
Prueba de
ello es que sus discípulos también en algunas ocasiones lo pudieron hacer.
Pedro fue
capaz de caminar sobre las aguas como Jesús hacía, pero su fe le duró pocos
segundos y finalmente se hundió en el mar.
Pero según
que milagros, por su dificultad, Jesús aconsejaba la practica del ayuno.
¿Qué
comporta el ayuno? ¿Mayor concentración mental? ¿Mayor fe?
Los discípulos se
acercaron en privado a Jesús y le dijeron: ¿Por qué no pudimos nosotros echarlo
fuera (un demonio)?
Jesús les dijo: Por
causa de vuestra poca fe. Porque de cierto os digo que si tenéis fe como un
grano de mostaza, diréis a este monte: "Pásate de aquí, allá"; y se
pasará.
Nada os será
imposible.
Pero este género de
demonio sale sólo con oración y ayuno.
Mateo 17, 19-21
Aunque Jesús
estaba en un cuerpo como el nuestro, demostró que su espíritu podía superar
muchas barreras físicas que nosotros pensamos infranqueables.
Y no
atribuyó los resultados a su naturaleza divina.
Aseguró que
cualquier hombre podría hacer lo mismo.
Horas antes
de su crucifixión y en Getsemaní, del sufrimiento moral que sintió, dice el
texto que llegó a sudar sangre.
¿Le ocurrió
esto porque era Hijo de Dios o le ocurrió por el gran dolor interno que
experimentaba y la gran prueba que le esperaba?
Se han dado
caso de humanos a los que tras una noche de espera a su condena de muerte, su
cabello en algunas horas cambió al blanco.
No es
extraño pensar pues que los resultados de Jesús eran totalmente humanos.
¿Porque puso
como ejemplo un grano de mostaza para demostrar nuestra insignificante fe?
Porque
apenas tenemos fe.
Jesús
escogió la semilla más pequeña para demostrar nuestra mísera fe.
No es una
limitación de algún tipo de poderes que carecemos.
Es una
limitación de nuestra voluntad.
¿Con tantas
personas en el mundo, nadie ha conseguido hacer ningún tipo de milagro?
Se habla de
los monjes y religiosos orientales con sus técnicas de relajación, pero nadie
consiguió mover una montaña de sitio.
Y no creo
que Jesús hablase con alegorías como muchos pretenden justificando su
incredulidad, sino como un ejemplo valido.
¿Qué montaña
vamos a mover?
Vivimos en
una sociedad tecnificada en que todo se alcanza con dinero.
¡Que lástima
de camino hemos escogido!
La sabiduría
de Jesús que en su adolescencia enseñaba en el templo, si era en tal caso de
origen divino.
Jesús amaba
a los demás, se preocupaba y hacia milagros.
Se mezclaba
con el pueblo y con la alta jerarquía, sin hacer distinciones de clases.
Jesús amaba
a su pueblo y se implicaba, pero como un extranjero que proviene de otra tierra
y que debe volver a ella.
Muchas veces
les corregía por su incredulidad y falta de fe.
Muchas parábolas
les explicaba para mostrar lo que significaba el reino de los cielos.
Jesús se
entristecía porque muchas veces su pueblo no entendía lo que les estaba
intentando decir.
La misión de
Cristo era dar a conocer las buenas nuevas de salvación, pero no entendían.
Solo
entendían los milagros que practicaba, dándoles de comer y curando enfermos.
Posiblemente
sin estos "aditivos" aun hubiese conseguido menos.
Aunque su
muerte estaba prevista, las criticas contra la clase religiosa desató la furia
contra Jesús.
Sin miedo a
las consecuencias, Jesús curaba, alimentaba a los necesitados y decía la
verdad, aun cuando esa verdad amenazaba a los altos mandos políticos o
religiosos.
Guillermo Blanco 16-11-2011