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¿Nos conoceremos en el mas allá?



Algunas personas se preguntan o dudan de si nos conoceremos en la otra vida, cuando fallezcamos.
Como si el morir alterase nuestra personalidad, conocimientos y memoria.

Cuando morimos, vayamos donde vayamos, con nosotros nos llevamos los recuerdos, la memoria y la personalidad.
El que es tímido, siempre será tímido.
El que es ahorrador siempre lo será.
El que es hablador o callado siempre lo será, porque todo esto forma parte de nuestra personalidad.
Y si fuésemos diferentes, ya no seríamos nosotros.

Nuestros recuerdos, experiencias y vivencias también son parte de nuestra personalidad que ha ido formándonos.
Si todo esto lo eliminamos, iremos declinando a una vida inferior o quizás vida animal.

Hay un texto en los evangelios en que dos apóstoles de Jesús (Jacobo, Jacobo y Juan) tienen un encuentro sobrenatural con dos personajes muy conocidos en la historia bíblica, que habían fallecido hacia muchos siglos atrás.
Eran Moisés y Elias.

1. Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y les hizo subir aparte a un monte alto.
2  Y fue transfigurado delante de ellos. Su cara resplandeció como el sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz.
3  Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
4  Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: Señor, bueno es que nosotros estemos aquí. Si quieres, yo levantaré aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
5  Mientras él aún hablaba, de pronto una nube brillante les hizo sombra, y he aquí salió una voz de la nube diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia. A él oíd."
6  Al oír esto, los discípulos se postraron sobre sus rostros y temieron en gran manera.
7  Entonces Jesús se acercó, los tocó y dijo: Levantaos y no temáis.
8  Y cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie sino a Jesús mismo, solo.
Mateo 17, 1-8

Los apóstoles solo los conocían de nombre por la historia, pero nunca se habían visto.
En cambio en el relato del Monte de la transfiguración, los apóstoles reconocieron perfectamente a los patriarcas sin haber tenido nunca una relación directa.
Este texto nos demuestra como no solo nos reconoceremos con nuestros amigos y familiares sino que reconoceremos a los que nunca vimos.


Guillermo Blanco 14-4-2012